Los centroamericanos se impusieron por 79-74 en el torneo de básquetbol. En tanto, Argentina venció a Puerto Rico y es la única selección invicta del torneo.
República Dominicana se confirmó como candidata al vencer a Brasil por 79-74, dio la sorpresa y se rehabilitó de la derrota por 73-72 a manos de Canadá, que hoy volvió a ganar, por 84-62 frente a Cuba y la eliminó del torneo.
En otro duelo de la jornada, Uruguay sumó su primer triunfo en el Preolímpico de Básquetbol, tras dos derrotas en fila, y mantiene sus aspiraciones de avanzar en el torneo, que otorga dos boletos a los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
La selección "celeste" se impuso por 77-61 a Panamá y buscará mañana ante Paraguay uno de los pasajes a la próxima ronda por el Grupo B, que comandan Puerto Rico y la anfitriona Argentina, sus "verdugos" en el certamen.
Uruguay, que tuvo fecha libre en la primera jornada, había caído por 86-51 ante Argentina y luego por 74-64 ante Puerto Rico, selecciones estas últimas dos que suman dos triunfos en el torneo y chocaban entre sí a última hora de hoy.
En tanto, Canadá que había debutado con derrota por 69-57 frente a Brasil, se recuperó venciendo a República Dominicana y buscará la clasificación mañana cuando enfrente a Venezuela.
La última fecha de la fase de grupos se jugará el sábado con los duelos: Venezuela-Canadá y Cuba-Brasil, por el Grupo A, y Uruguay-Paraguay y Argentina-Panamá, por el Grupo B.
Argentina busca el cierre perfecto ante Panamá
Jugarán desde las 20.30 en el Polideportivo marplatense. La Selección va en busca de su cuarta victoria consecutiva y de dar un paso directo para quedarse con su grupo.
Ya pasó Puerto Rico. Ya quedó atrás el rival más duro que Argentina podía encontrar en el Grupo B del Preolímpico de Mar del Plata. Pero la Selección sabe que a la hora del ordenamiento final de cara a las semifinales, el encuentro que esta noche (20.30, por TyC Sports y Canal 7) sostendrá ante Panamá tiene el mismo valor que el conseguido ante el combinado boricua. Aunque pase lo que pase hoy, nadie le podrá quitar el número 1 de su zona.
"Nuestro proyecto en este momento se llama Panamá. Sólo estamos pensando en eso" dijo el técnico Julio Lamas en la conferencia de prensa posterior al juego de anoche, cuando un periodista le consultó respecto a cuáles son los jugadores que, a su criterio, podrían integrar el equipo en caso de llegar a los Juegos Olímpicos. Elocuente el mensaje del entrenador: paso a paso.
De todas formas, Lamas sabe que la exigencia y el desgaste físico que implica jugar con Panamá no se asemeja a las complicaciones que puede generar enfrentar a Puerto Rico. Acaso sea una buena oportunidad, entonces, para que Fabricio Oberto vuelva al equipo titular desde el arranque. "Terminé bien, sin molestias. Esperemos que cuando me enfríe no suceda nada extraño", dijo el pivote tras su retorno oficial.
Anoche, Lamas finalmente hizo lo que ya había adelantado en la previa al torneo: dispuso que Scola juegue desde el inicio de pivote, Nocioni de ala pivote y Delfino en la posición de alero. Así, salió Juan Gutiérrez, titular en los dos primeros encuentros. Si bien habrá que esperar hasta la hora misma del juego para conocer qué decidirá en esta ocasión, todo hace pensar que volverá a lo planteado frente a Paraguay y Uruguay, con el ingreso de Oberto como única variante.
Argentina pasó una prueba muy difícil
Después de un mal primer tiempo en ataque, Argentina le ganó a Puerto Rico 81-74 y quedó como único invicto de su grupo. Ginóbili fue el goleador del equipo de Lamas con 23. Mañana, a las 20.30, ante Panamá.
Argentina dio muestras de que si lo exigen puede dar mucho más. Tras los dos primeros partidos, en los que Paraguay y Uruguay no representaron una serie oposición, la Selección logró sacarse de encima a un Puerto Rico que le presentó una fuerte batalla, especialmente en la primera mitad, y se llevó la victoria por 81-74, para quedar primero en el Grupo B del Preolímpico y posicionarse bien de cara a la segunda ronda.
Desde el arranque mismo del partido quedó claro que la cuestión sería muy distinta a lo ocurrido en los anteriores partidos. Es que Puerto Rico propuso un juego muy friccionado, de mucho contacto, y además Argentina sufrió mucho con sus tiros de campo (Manu cortó la sequía recién cuando habían pasado cuatro minutos). Y también mostró una baja eficacia desde la línea de libres (4-9). Con Scola controlado por Santiago (Lamas abrió con él de 5, en lugar de Juan Gutiérrez), fue Ginóbili quien tomó la posta anotadora: cerró con 8 puntos (2-3 en triples). Carlos Arroyo, en tanto, sacó la cara por Puerto Rico, con una planilla más que interesante: 3-5 en dobles, 1-1 en triples.
Más allá de las dificultades que tuvo, Argentina logró una leve ventaja y se fue arriba por 3 al cabo del primer parcial: 21-18. Previamente, con 1m54s en el reloj, disfrutó del regreso de Fabricio Oberto, quien se sobrepuso a un microdesgarro en el aductor largo izquierdo y reapareció en partidos oficiales luego de casi diez meses.
El segundo cuarto fue todo de Arroyo. El base tomó las riendas de su equipo y complicó a Prigioni cada vez que se lo propuso. Y sumó 7 de los 15 puntos de su equipo. Un dato que marca los problemas que causó el hombre de Boston: en un tiempo muerto, Lamas replicó "en el descanso vamos a ver cómo lo solucionamos", cuando los jugadores se quejaban del número 7 portorriqueño.
Pero a Arroyo lo apoyó bien Manuel Narváez, que desde la banca aportó 4 puntos en la cara de un Oberto que tardó algunos minutos en hacer pie defensivamente. Argentina siguió sin estar fina en ataque y se fue abajo por dos puntos al descanso largo: 36-34.
Argentina volvió con fiereza del entretiempo y quebró el juego. Ya Arroyo no gravitó demasiado, tampoco pudo levantar Barea (9 puntos al cabo de los 30 minutos) y salvo a partir de algunas apariciones de Santiago, el equipo boricua se enredó en la maraña defensiva que propuso Lamas.
La intensidad defensiva le dio a Argentina la chance de correr y así llegaron los puntos fáciles. La ventaja a favor de Puerto Rico, que había llegado a ser de 5 (41-36) se transformó –parcial de 16-0 mediante- en 52 a 41 para el local. El Polideportivo, entonces, se convirtió por primera vez en una caldera. Barea, después de casi 5 minutos, cortó la mala racha boricua, pero el trámite no ya no iba a cambiar. La brecha del lado argentino se mantuvo y a los últimos diez se llegó 62-50.
Lejos de levantar el pie del acelerador, Argentina siguió asfixiando a su rival en el último parcial, proponiéndole la intensidad de una final. Es que el equipo de Flor Meléndez ya le había dado una muestra de que, si lo dejaba, podía generarle más de un dolor de cabeza. Finalmente eso no ocurrió y las más de 8 mil personas que coparon el estadio se fueron felices. En su primera prueba de consideración, la Generación Dorada se sacó un aprobado.
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